EolicCat, que reúne a 50 empresas del sector, calificó de "injustificable" el retraso en la designación de las zonas de implantación eólica, y aseguró que esta situación "está desembocando en la paralización y deslocalización del sector". Así, cita el traslado de Barcelona a Madrid de la oficinas de Vestas, que daba empleo a 120 personas. Vestas es uno de los principales fabricantes mundiales de molinos de viento.
La falta del nuevo marco legislativo ha causado también que pequeños promotores y compañías de ingeniería y consultoría del sector eólico "se hayan visto obligados a llevar a cabo despidos y a desmontar sus infraestructuras empresariales", por lo que la Associació reclama la publicación de las zonas de desarrollo eólico "para garantizar la estabilidad de las empresas catalanas y de sus puestos de trabajo".
El mapa con las nuevas zonas de implantación eólica ha chocado con ERC, que ha puesto como condición que los promotores renuncien a varios proyectos de parques eólicos considerados "problemáticos", con el argumento de que no cuentan con el consenso del territorio. Los proyectos cuestionados están en Portbou, Prat de Comte, El Pinell de Brai (Brois) y La Jonquera (Sant Julià), y algunos de ellos ya tienen autorización. Joaquim Sangrà, responsable de medio ambiente de ERC, negó que su partido haya bloqueado las nuevas zonas de implantación eólica. "Hemos acudido a todas las reuniones. Si estas se han celebrado cada tres meses, no es culpa nuestra. Hemos dado la alerta de que hay parques conflictivos, que no serían aprobados con la nueva normativa, y queremos llegar a acuerdos para que sus promotores renuncien a su construcción. Es preferible pactarlo antes, para que luego no haya problemas", declara. El Departament d´Economia y el sector rechazan la idea de indemnizar a los promotores por renunciar a sus proyectos.
Mapa eólico y retrasos
El tripartito prometió en el 2004 poner en marcha un nuevo mapa eólico en Catalunya que viniera a sustituir a la anterior normativa (de CiU) y acabar así con la denostada concentración de parques eólicos en Tarragona. Sin embargo, seis años después de esa promesa, en la práctica, no ha logrado poner en marcha la nueva regulación, mientras que la designación de nuevas áreas de desarrollo eólico prioritario está bloqueada por los desacuerdos internos. Lo más grave es que ERC ha cuestionado proyectos de parques eólicos avalados por la normativa anterior, lo cual provoca indefensión a los promotores, pues no se puede gobernar con carácter retroactivo. Además, el sector eólico alerta de que los retrasos en la definición de las áreas de implantación eólica están causando deslocalización de empresas catalanas. Todo esto es muy criticable teniendo en cuenta además que la lucha contra el cambio climático (eje de la política energética europea) obliga a impulsar las fuentes limpias.