Noruega sólo tiene 428 megavatios eólicos instalados en tierra, pero posee un enorme potencial eólico, tanto en tierra como en el mar, y una gran experiencia off-shore. Además quiere promer las empresas eólicas y reducir las emisiones de CO2.
La ley propuesta, que será debatida y aprobada por el Parlamento, donde el Gobierno tiene una leve mayoría, dice que los recursos eólicos en el mar pertenecen al Estado.
"La energía eólica off-shore podría convertirse en la nueva aventura para la industria y el sector de la energía de Noruega", dijo el ministro de Energía Terje Riis-Johansen en un comunicado sobre un proyecto de ley presentado por el Gobierno de centroizquierda.
Noruega identificará áreas apropiadas para el desarrollo de la energía eólica marina y luego las ofrecerá como hace con las licencias de petróleo y gas. El borrador dispone detalles técnicos para aplicar las concesiones, establecer, operar y cerrar las instalaciones.
"La propuesta crea el marco de trabajo para garantizar que la infraestructura de energía sea planificada, construida y operada sin descuidar el suministro de energía, el medio ambiente, la seguridad, la industria pesquera, el transporte marítimo y otros intereses", dijo Riis-Johansen.
El borrador señala que Dinamarca fue el primer país en iniciar las pruebas de turbinas eólicas marinas en 1991. Hoy ya son muchos los países que tienen parques eólicos marinos o los están instalando: Alemania, Dinamarca, Suecia, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Francia y China, entre otros.
¿Y en España? Aquí sobra demagogia y falsedades, y falta voluntad política, liderazgo y valentía para hacer lo mismo que hace el alcalde de Chipiona, al que ya deben dar el premio nacional de medio ambiente, por su contribución a la futura reducción de las emisiones de CO2.