Según la directiva europea sobre energías renovables, los países que no estén en condiciones de alcanzar esta meta a través de sus propios recursos nacionales pueden solicitar una transferencia de energía tanto a otros Estados miembros como a países terceros, aunque la CE sostiene que este mecanismo jugará un papel menor y representará menos del 1% en términos relativos.
La normativa comunitaria sobre energías renovables fija un objetivo a cada Estado miembro en función de su capacidad para producir energía a partir de fuentes renovables y los países elaboran un informe indicando si alcanzarán o no esta meta, que es obligatoria, con sus propios recursos y si, en caso de superar el objetivo, pondrán este superávit a disposición de otros países gracias a los mecanismos de cooperación previstos en la directiva.
La UE se ha comprometido a obtener el 20% de su consumo energético de renovables de aquí al 2020. Se consideran renovables los biocarburantes, la biomasa, y las energías eólica, solar e hidroeléctrica. En 2009, la cantidad de energía procedente de este tipo de fuentes fue del 9%, y de este porcentaje el 63% era biomasa y desechos biológicos.
El informe presentado hoy por la Comisión Europea es todavía preliminar y en junio los Estados miembros tienen que presentar planes nacionales más detallados sobre el modo en que lograrán los objetivos asignados. De no hacerlo, la CE puede abrir un procedimiento que acabe en los tribunales, según explicó la portavoz de Energía del Ejecutivo comunitario, Marlene Holzner.